Ten cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir
En el año 2183, en la ciudad de Nantes, Francia, nació un prodigioso inventor llamado Étienne Dumont. Desde temprana edad, Dumont demostró una fascinación innata por la ciencia y la tecnología, y su talento pronto se convirtió en leyenda. Su inventiva no conocía límites, y su afán por explorar lo inexplorado le llevó a crear artefactos que parecían sacados de las páginas de las obras de Julio Verne.
A medida que Étienne Dumont crecía, se dio cuenta de que había un problema recurrente en la sociedad: las enfermedades. Muchos bebés nacían con predisposiciones genéticas hacia ciertas afecciones, y no había forma de detectarlas tempranamente. Aquello lo atormentó y se obsesionó con encontrar una solución. Años más tarde, en su laboratorio secreto, ideó un revolucionario concepto: los «Nanobots Proféticos».
Los Nanobots Proféticos serían minúsculas máquinas con inteligencia artificial que se introducirían en el torrente sanguíneo de los recién nacidos para analizar y recopilar información sobre sus patrones genéticos. De esta manera, podrían prever con gran precisión las enfermedades a las que podrían enfrentarse en el futuro. Pero Dumont sabía que no sería suficiente con recolectar datos; también necesitaría una forma de comunicar las predicciones.
Para resolver este desafío, creó un dispositivo especial llamado «El Oráculo Electrónico». Este aparato traduciría los datos de los nanobots en patrones y símbolos, los cuales representarían la información sobre las futuras enfermedades de cada individuo. Los símbolos se proyectarían en una pantalla, y la máquina interpretaría los resultados para que los médicos y científicos pudieran comprender las advertencias ocultas en los códigos.
El día del lanzamiento de los Nanobots Proféticos y El Oráculo Electrónico llegó. La comunidad científica, los médicos y la prensa se congregaron en el laboratorio de Étienne Dumont. Vestido con un atuendo extravagante y una capa, Dumont se dirigió al público y presentó su invención.
—¡Honorables colegas y distinguidos invitados! —exclamó Dumont con entusiasmo—. Hoy, marcaremos un hito en la historia de la medicina. Mis Nanobots Proféticos nos permitirán desentrañar los secretos del futuro de nuestros recién nacidos.
Uno a uno, los bebés fueron sometidos al proceso, y los nanobots fueron introducidos en sus cuerpos. El laboratorio se llenó de símbolos y patrones que El Oráculo Electrónico decodificaba cuidadosamente.
Sin embargo, en medio de la presentación, un imprevisto aconteció. Uno de los bebés, con los nanobots ya dentro, mostró un patrón desconocido. El Oráculo Electrónico emitía señales caóticas y ningún símbolo aparecía en la pantalla.
Dumont se apresuró a analizar la situación y descubrió que ese bebé poseía una mutación genética nunca antes vista, lo que sugería la existencia de una enfermedad desconocida. Su pasión por la ciencia no tenía límites, y decidió dedicar el resto de su vida a investigar esta nueva afección.
Años después, el esfuerzo de Dumont rindió frutos. Descubrió una cura para la misteriosa enfermedad y evitó una epidemia en el futuro. Los Nanobots Proféticos se convirtieron en una herramienta vital para la medicina, salvando innumerables vidas y proporcionando un futuro más saludable para la humanidad.
El nombre de Étienne Dumont resonó en la historia, siendo recordado no solo por su genialidad inventiva, sino también por su incansable búsqueda de la verdad y la esperanza en un mundo dominado por las enfermedades. Su legado perduró como el precursor de una nueva era en la medicina, inspirando a futuras generaciones a explorar lo desconocido y afrontar los desafíos con audacia y perseverancia.
Después de la exitosa implementación de los Nanobots Proféticos, el mundo celebró una nueva era en la medicina. Multitud de enfermedades pudieron ser prevenidas y tratadas a tiempo, lo que aumentó la esperanza de vida y mejoró la calidad de vida de la población. No obstante, la nueva tecnología también trajo consigo un inesperado efecto secundario: la discriminación basada en la salud.
Con el acceso a la información sobre las predisposiciones genéticas de las personas, las aseguradoras comenzaron a negar cobertura médica a aquellos que tenían una alta probabilidad de desarrollar enfermedades costosas de tratar. Alegaban que los riesgos eran demasiado elevados y no podían arriesgarse a cubrir a individuos que representaran una carga financiera. Esto dejó a muchas personas vulnerables sin la protección necesaria para enfrentar posibles enfermedades.
Además, las empresas también comenzaron a utilizar esta información para tomar decisiones de contratación.
CONTINUARÁ…
